Fecha : 12 de Octubre de 2013

Lugar de observación: Playa Mayor de Salamanca

Número de observadores: 26 personas de OSAE: Verónica, Adelina, Azucena, Ana, Marta, Esperanza, David, Mikel, Álvaro, Jorge, Juanma, Paulino, Javier, Manolo, Juan Vicente, Tato, Antonio, Hugo, Manuelencinar, Eliseo, Ramón, Sera, Juancar, Manu, Sergio, Eva. y unas 3.000 personas asistentes.

Inicio de las observaciones: 19:15

Fin de las observaciones: 23:00

Instrumentos: colocados de Este a Oeste: telescopio terrestre de Marta, Schmidt-Cassegrain C9,25 en montura CG5 de Paulino, reflector Newton Bresser 203/1000 en montura LXD75 de Jesús, reflector Pentaflex 114/1000 en montura altazimutal computerizada de Javier, Maksutov-Cassegrein Celestrón NexStar127SLT en montura altazimutal computerizada de Eliseo y Álvaro, reflector Newton Star-Observer 114/1000 en montura EQ-3 avanzada (telescopio de la asociación a cargo de Jorge), reflector Newton Bresser 114/1000 de David y Ramón, Dobson Meade Lightbrige 16” de Mikel, Schmidt-Cassegrain Meade LXD75 SC-8 AT de Manolo y un refractor de un chico que se unió a nosotros

Condiciones climatológicas:

Hora

Temperatura

Humedad

Nubosidad

Viento

Observaciones

El relato: Nada más llegar a la plaza, ya comenzaba a arremolinarse la gente alrededor nuestro, así que al tener ya algunas colas de personas esperando a mirar por los telescopios, y como sobre las 19:50 horas ya tenía montado el equipo, comencé a dejarles pasar.

La tarde había estado con algunas nubes altas, pero la previsión era que a partir de las 20:00 horas se despejase y así estuvo hasta las 22:45 horas que volvieron, por lo que la Luna se presentó espléndida durante casi toda la actividad.

A las 20:18 horas y durante poco más de 3 minutos teníamos, casi por encima de nosotros, un pase la Estación Espacial Internacional (I.S.S.). Y si, apareció como estaba previsto. Antes, cuando lo anunciábamos, algunas personas nos miraban extrañadas, pero cuando hizo su aparición, la gente se quedó “boquiabierta”. El pase fue espectacular, brillante sobre al aún azul del cielo, y atravesando toda la Plaza Mayor de SW a NE, alcanzando una magnitud de -3 Creo que a muchas de las personas que allí se encontraban y que la vieron por primera vez, no olvidarán que observaron una nave espacial orbitar sobre la Plaza Mayor de Salamanca.

La afluencia, como todos los años, impresionante. Desde que comenzamos cerca de las 20:00 horas hasta que acabamos a las 23:00 horas, creo que ninguno de nosotros estuvo un segundo sin que alguien estuviese mirando por su equipo. Si calculamos aproximadamente 3 personas por minuto, en 3 horas pasarían por mi equipo unas 600 personas. Equipos montados, 10, así que 10 x 600 = 6.000 Consideremos que la mitad repitieron y miraron por más de un telescopio. Eso dejaría una afluencia de al menos 3.000, mil personas, entre salmantinos y visitantes, muchos, a coincidir con un día festivo.

Imprimimos 1.000 dípticos que se repartieron, procurando no dar más de 1 a cada grupo de personas que estuviesen juntos.

Y como en todas las actividades públicas que hemos realizado, las preguntas y comentarios, del porqué estábamos allí, qué se ve de especial, alguno tenía un telescopio que no había sabido utilizar, otros nos conocían de otros años, qué equipo es más potente, cuánto cuestan, si tenían que pagar por mirar, qué son los mares, cuántos agujeros tiene la Luna,… Y prácticamente todos daban las gracias. Como anécdota, entre otras muchas, un grupo de santanderinos estaban encantados de estar en Salamanca y haberse encontrado con esta actividad en la Plaza Mayor. Muchos niños y muchas caras de asombro cuando acercaban los ojos al ocular del telescopio y si, veían la Luna. Alguno comentaba que era como en las películas, pero ahora podía verla en directo.
Casualmente, en esas horas uno de los accidentes de la Luna, Rupes Recta que es una falla de 114 Km. de largo, abandonada la parte oscura de la Luna y se iba iluminando por el Sol, semejando ser una “espada” tumbada en la Luna. En mi caso, tenía el equipo con 80x y según se acercaba la gente a mirar, les decía que tenían que ver una espada. Me miraban extrañados, pero cómo se sorprendían cuando la veían, lográndolo casi todos.

A la hora prevista recogimos, cansados después de 3 horas sin descanso, pero muy satisfechos de cómo había transcurrido la actividad, de la gran afluencia, de la gente, de lo encantados que se iban.